¿POR QUÉ LO LLAMAN CIBERAMOR...?
 

El proceso casi siempre es el mismo: entras a charlar en un grupo de discusión o un "chat" y alguien se fija en tí. O tú en alguien. Pronto llegan las conversaciones privadas, después las llamadas telefónicas y, si eres valiente, alguna cena.¿Por qué lo llaman cíberamor cuando es tan bueno como el otro?

Mercè Molist
 Carlos -el nombre es ficticio- tiene 27 años y ya hace algunos que utiliza la red, sobre todo para charlar por IRC (Internet Relay Chat). Aunque... hay un problema: "Mido 1,30 m. Soy lo que la gente llama un enano, bajito, pequeño. Mi enfermedad se llama acondroplasia, es de nacimiento y afecta a las extremidades con huesos, de forma que no pueden crecer bien". Carlos está siempre rodeado de amigos pero, con las mujeres, la cosa no prospera: "Tengo buenas amigas, pero es difícil que una chica se atreva a salir conmigo. En una discoteca, por ejemplo, una chica guapa no me da ni media oportunidad de seducirla. El IRC, en cambio, me permite que la gente me conozca, prescindiendo de como soy".
 Carlos le está sacando todo el jugo al invento del siglo. Y, con él, cada vez más gente que descubre Internet como un excelente lugar para empezar nuevos amores. Y para exteriorizarlos: no hace mucho, un "hacker" se dedicava a embadurnar las páginas web de dos universidades norteamericanas con mensajes de amor a una tal Crystal. "Quiero que todo el mundo lo sepa", clamaba el amoroso pirata en un acto de exhibicionismo hacia todo el planeta. Y es que el amor se está metiendo entre las frías máquinas y amenaza con humanizar todo lo cibernético. En serio: los sucesores de los "tamagotchis", en Japón, son los llamados "virtual lovers" o "amantes virtuals". Se les tiene que demostrar amor con flores, citas y cartas poéticas, para conseguir un "beso virtual" o, mejor, una "boda virtual", si se suman suficientes puntos.
 "Gadgets" aparte, Internet está demostrando su grandísima utilidad para las relaciones humanas. Desvestidos de su cuerpo, los cibernautas se lanzan a eternas discusiones entre ellos, que a veces acaban en historias de amor, por un proceso químico que aún no sabemos cómo puede operarse a través de los bits. No es usual, cabe reconocerlo: las más de las veces, cuando los ciberenamorados se conocen en el mundo real,  acaba todo en decepción. Pero la gente continua en ello y no hay trazas de que remita la fiebre.
 Carlos sabe mucho de ligues ciegos: "A finales del año pasado, reencontré a una chica con la que hacía meses que no hablaba. Ella estaba un poco hecha polvo y yo también, y nuestras conversaciones y cartas fueron derivando hacia una relación más tierna pero también con una parte de morbo y sexo. En Navidad, yo volvía a España y ella también. Me propuso conocernos, aunque le daba miedo, porque se veía muy fea. Yo le sugerí encontrarnos en una habitación de hotel, a oscuras, porque era un poco como el IRC, la vista queda fuera. Y quedamos, y nos encontramos, y nos conocimos de todas las formas posibles... excepto la vista".
 Que los ligues lleguen a algo más serio ya es harina de otro costal. Pero algunos lo consiguen, como Juan Manuel Barca y Ana María González. Él de Barberá del Vallés, en Barcelona, y ella de Tenerife. El programa "Lo que necesitas es amor", de Antena 3, les unió después de meses de intercambiar ansiosos bits entre ellos. Primero fue el IRC y después el teléfono. Al final, lo utilizaban indistintamente todo, aunque casi no tocaron el correo electrónico: "El "chat" es más directo, genera más emociones", asegura Juan Manuel. La comunicación virtual se alargó durante diez meses, con facturas del teléfono que llegaron a las 200.000 pesetas. Para poderse pagar el viaje, apelaron al programa romántico de Antena 3 y hoy viven juntos en Barcelona.
 Su historia puede leerse en http://www.drac.com/cac/199703/19970313.html : se conocieron en una BBS (Bulletin Board System) de Hispanet. Ella iba con el poco romántico apodo "Manolo", pues así se llama su hermano, que fue quien la introdujo en el juego. Ana María asegura que, ante la pantalla, tienes todo tipo de sensaciones: "Ansia por la respuesta, sudores, muchos nervios y la barriga dando vueltas", y que "enamorarse por ordenador, con tiempo y conociendo a la otra persona poco a poco, es mucho más bonito que hacerlo en una discoteca". Él nos lo corrobora: "En Internet, puedes dar mucho juego a la imaginación: le preguntas cómo es, te haces una idea de su forma de pensar por su simpatía, la forma de tratar a la gente, la educación, las faltas de ortografía... aunque, al final, escribes tan rápido que ya te saltas los puntos y las comas".
 Los "chats" son el mejor lugar para empezar. Lo corroboran las muchísimas historias que la gente suele contar, tan arquetípicas com la de Calipso y Rompetech -sus apodos, en el IRC: se conocieron en un canal muy poblado y, al cabo de unas semanas, pudieron verse físicamente en una de las muchísimas cenas que se montan periódicamente en torno a los canales de IRC. A partir de aquí, la relación continuó electrónicamente, porque ambos eran de lugares distintos -por suerte, no muy alejados. Al final, han optado por vivir juntos en la ciudad de él. Lo cuenta ella: "A veces le veo con el ordenador y pienso que, igual como me conoció a mi, puede conocer a otra...".
 

¿La muerte de la discoteca?
 "¿Por qué Internet está reemplazando tan rápidamente a los bares, las librerías y los grandes almacenes como un lugar para las mujeres donde conocer hombres? Hay 40 millones de personas on-line, de 160 países, ¡y el 70% de estos usuarios de Internet son hombres! A eso le llamamos una gran cosa, si eres una mujer soltera".  Así empieza el libro de reciente aparición, "Men are from cyberspace: the single woman’s guide to flirting, dating and finding love on-line", escrito por Lisa Skriloff y Jodie Gould. Haciendo un remedo del famoso libro "Men are from Mars, Women are from Venus", la obra es un pequeño manual donde se cuentan algunos trucos y consejos para ligar en el ciberespacio.
 No es el único libro que se ha escrito sobre el tema. A éste le han precedido dos novelas, "As Francesca", de Martha Baer, y "Chat", de Nan McCarthy, donde se describen sendos romances "online". E incluso una película: la japonesa "Haru", donde dos personas se conocen en un fórum electrónico sobre cine. Ella, Hoshi, salta de un trabajo a otro. Él, Haru, vende sopa para supermercados. Sus vidas se van mostrando cuando, gradualmente, se lo revelan el uno a la otra, en sus cartas electrónicas. Y no debemos olvidar tampoco uno de los cuentos del libro "Crystal Express", de Bruce Sterling. Escrito en 1989 (!), relata el primer caso de amor virtual, entre una princesa y un ingeniero. Lo describe, magistralmente, Sterling: "La dolorosamente simple Red local filtraba las emociones humanas para convertirlas en un simple canal de palabras impresas, dejando sólo una elevada esencia platónica. Su relación se había convertido en un romance clásico, desapasionado, espiritual en su sentido más intenso y peligroso. Los seres humanos no estaban hechos para vivir tales roles".
 El "cyberdating" tiene diferentes estados: primero, las chats, después los mensajes de email, las conversaciones por teléfono y, por último, las citas cara a cara. "El correo electrónico es la mejor forma de conocer a un chico, porque algunos se sienten allí más cómodos para revelar sus cosas, más que cara a cara", se asegura en "Men are from cyberspace...". Según el libro, una cíberrelación puede ser tan real como la que más, aunque guarda algunas diferencias con la forma tradicional de conocer gente y enamorarse de ella. Por ejemplo, "es importante elegir bien el apodo en el IRC, con el mismo cuidado con que eliges tu ropa en una cita real", dice el libro.
 La propia intimidad y las precauciones de seguridad destacan fuertemente en las relaciones virtuales. "Men are from cyberspace" no se  cansa de avisar que "los chicos a los que conoces online son extraños" y recomendar que las citas se hagan en lugares públicos. Un buen truco: "En la primera cita, es mejor quedar para el café o la comida; así, si no estás bien, puedes irte con la excusa de que tienes trabajo". Aunque no ha trascendido aún ningún caso serio en este aspecto, la prudencia es norma esencial: no dar el teléfono, constraseñas o el número de la tarjeta de crédito a la persona amada, no creer todo lo que se lee ("José puede ser Josefina") y restringir su acceso a la propia vida privada.
 Otro gran dilema de esta nueva forma de relación es si el llamado cíberamor es lo mismo que el amor. Y, aunque parezca mentira, la cuestión tiene defensores y detractores entusiastas, que se dedican a hablar de ello en cada vez más fórums y páginas web como la de Cyber-Romance 101 (http://web2.airmail.net/walraven/romance.htm), un gran centro repleto de información y artículos sesudos que versan sobre esta maravillosa novedad en el mundo de los sentidos: conocer y amar las mentes antes que los cuerpos, un importantísimo cambio social que, a la larga, dará sus frutos.
 Algunos lo llaman amor deshumanizado, otros lo elevan al súmmum de la emoción postmoderna y más de uno se pregunta si puede considerarse una relación "online" igual que un adulterio. El tema, no es de risa, trae de cabeza a los abogados expertos en divorcios, en Estados Unidos. En principio, no hay relación física, es sólo mental. ¿Significa  esto engañar a la pareja? Cada vez son más las llamadas "cíberviudas", mujeres que se duermen mientras esperan que el marido acabe con sus interminables chats de madrugada. "¿El cibersexo es adulterio?", se preguntan, directas, las autoras de "Men are from cyberspace". Y responden: "El año pasado, un hombre de New Jersey se divorció después de descubrir las cartas electrónicas, sexualmente explícitas, de su mujer hacia otro hombre llamado The Weasel. Diana intercambiaba fantasías eróticas y besos virtuales con él, aunque nunca le había conocido cara a cara".
 La ausencia del cuerpo es el elemento en discordia, que diferencia el amor del cíberamor. Una ausencia que puede llevar a oscuros juegos de identidades virtuales: en Estados Unidos, también, se descubrió que un hombre mantenía cuatro "affaires" a la vez, con cuatro mujeres diferentes. La ubicuidad de Internet le permitía estar con todas un ratito, desde la tranquilidad de su casa.."La gente puede presentarse, en el ciberespacio, como quieran y ser tan diferentes como les venga en gana, de tal como son en realidad", asegura el psiquiatra Avodah Offit, en un artículo que puede leerse en http://web2.airmail.net/walraven/cosmo.html, "Are you ready for virtual love?". Relacionarse por Internet aumenta las posibilidades de conocer gente "abnormal", con problemas sociales o emocionales, aseguran los psiquiatras. La rapidez del contacto, tanto por correo electrónico como por IRC,  imprime muchísima prisa a las relaciones, que suelen sucederse en poco tiempo.
 Ajenos a tan terribles consecuencias, los cibernautas sólo tienen tiempo para cantar las alabanzas de la nueva forma de comunicación. Sobre todo los tímidos. Lo confirma Carlos: "Con el IRC, es mucho más fácil perder la timidez y abordar temas difíciles de tratar personalmente. Además del anonimato, no tienes que preocuparte por si te ha salido un grano en la nariz o te ves demasiado gorda. Los mecanismos de comunicación son diferentes y la relación es diferente desde el principio, pero el objetivo es el mismo: encontrar a alguien que te quiera tal como eres".
 

¡Enamórate!
 Sea para bien o para mal, algunos empresarios avispados están aprovechando el cíberamor para montar pingües negocios: grandes bases de datos que funcionan como agencias matrimoniales electrónicas, como Webpersonals (http://www.webpersonals.com) o Match.Com (http://www.match.com). Las más sofisticadas dan la posibilidad de incluir una foto y archivos de voz o de vídeo a la ficha de quien busca mujer o marido. Los robots de búsqueda permiten afinar más en la caza de la pareja: se puede buscar por localización geográfica, por religión, por apariencia física e incluso por preferencias sexuales.
 El amor es también el tema de muchos "sites" donde se da exhaustiva información para atraer a más y más audiencia. Es el caso del recientemente inaugurado "Loving You" (http://www.lovingyou.com), donde cada día aparecen nuevas citas sobre el amor, historias interactivas, poesía e incluso un servicio de "chat" para conocer a otros románticos. O la "Scarlet Netter", una conocida ‘newsletter’ que trata, exclusivamente, sobre "on-line love affairs" (puede encontrarse en http://www.geocities.com/Paris/LeftBank/7992/index.html).
 En español, aún no existen magnas páginas dedicadas a loar las gracias del cíberamor, pero todo es empezar. De momento, la gente no tiene mucho empacho en ligar tanto como pueda en los canales más populosos del IRC y, si se les pregunta, siempre tienen alguna vieja historia, quizás leyenda, que contar. Como aquella pareja que anunció su futura boda en una página web y sus amigos del IRC fueron testigos en la ceremonia. O la experiencia del "insigne" profesor Segons y su completo "Cursillo para ciberligar", escrito en catalán y que puede encontrarse en http://www.geocities.com/SoHo/Cafe/1715/curset.htm.
 Y es que, sin bajarse de Internet, cualquiera puede vivir una historia de amor, de principio a fin. La red es un inmenso mundo a nuestro servicio, como destaca el FAQ (Frequently Asked Questions) del newsgroup alt.romance, un digno representante del romanticismo electrónico: allí puede encontrarse desde cómo decir "Te quiero" en muchísimos idiomas hasta auténticas piezas de arte ascii, representando bellísimos ramos de flores y otros presentes. Para aprender a ligar, están los buenos consejos de Flirts (http://www.flirts.com) o de la Doctor Casanova’s Seduction Clinic (http://pages.prodigy.com/casanova). Y, para mandarse besos, el E-Kissing Booth (http://www.thekiss.com/ekiss).
 Aunque, confiesan los cibernautas con los que hemos hablado, la verdad es que ninguno ha utilizado estos recursos de la web para abonar su relación. El milagro se ha producido sólo con el "chat", un simple intercambio de letras, máximo alguna fotografía. Los norteamericanos son los que han llevado el asunto a la web, con gran despliegue de imaginativas fórmulas. La mejor y más postmoderna es la GlamOrama Wedding Chapel Foyer (http://www.glamorama.com/index.cgi?/wed/main.html), una capilla virtual donde puedes decir el "sí quiero" a un capellán perteneciente a la Iglesia de la Vida Universal, reconocida en algunos lugares de los Estados Unidos. Los matrimonios no son considerados legales, claro, pero, apuntan sabiamente los de la GlamOrama Wedding Chapel, "eso no tiene nada que ver con que no sea real en tu realidad o perfectamente legal dentro de tu universo. El amor es lo único que importa".
 
 
 
 

CONSEJOS  PARA CÍBERAMANTES

1. Cuida tu "signature". Una frase profunda, un sencillo dibujo en ascii, un cargo o un trabajo rompedor, bien especificado, pueden decir mucho y muy bueno sobre tí. La "signature" podría compararse, en el mundo "real", al vestido.

2. Y también el nickname. Si te haces llamar "ositoamoroso" no atraerás al mismo tipo de gente que si te llamas "elincreiblehulk". Para las chicas, es un buen truco tener un nickname neutro, o incluso masculino. Al ser ellos aún mayoría en el ciberespacio, les atraen como la miel a las moscas los nicknames femeninos.

3. Las faltas de ortografía afean. Es como si tuvieras acné o chorrearas caspa, una ortografía descuidada da muy mala imagen. La buena escritura es, en Internet, tan importante como tener unos bellos ojos o unos labios seductores. La gente, aquí, nos gusta por como escribe, por las ideas que transmite, no por el físico.

4. La rapidez en la respuesta también está muy bien considerada: demuestra que te importa lo que diga aquella persona, respondiendo con celeridad a sus cartas o a sus invitaciones de entrar en un canal privado.

5. No te vayas con el/la primero que pasa. Ten paciencia y sé precavido/a. Es mejor conocer un poco a una persona antes de quedar a cenar con ella. No sería la primera vez que alguien se lleva un buen desengaño o, aún peor, un susto.
 
 

QUÉ HACER SI TU PAREJA TIENE UN CIBERROLLO?

1. Estate alerta ante algún signo de adicción. La gente se va apartando gradualmente, no de un día para otro.

2. Restríngele el número de horas de conexión. Debeis compartir juntos la mayor parte del tiempo libre.

3. Introduce novedades en tu relación, como salir a dar un paseo u otras actividades, para no caer en la rutina habitual.

4. Y si ni así consigues acabar con la ciberrelación, deja que todo continue su curso. Las más de las veces, estas cosas se acaban la primera vez que los dos ciberenamorados se ven las caras, personalmente. Es muy usual que nadie esté a la altura de las expectativas y todo se vaya al garete.
 
 
 

¿ESTÁS CIBERENAMORAD@?
 

1. ¿Existe alguien a quien nunca sacarías por la fuerza de tu canal de IRC porque te provoca respeto o simpatía?

2. ¿Hay alguien de quien leas atentamente todas sus apariciones en listas de distribución, "newsgroups" y canales de IRC, por el simple hecho de que te gusta como escribe?

3. ¿Chequeas el correo continuamente, cuando sabes que aquella persona te debe una respuesta a un mensaje personal, para ver si hay carta suya?

4. ¿Cuando has leído en el reportaje sobre cómo enviar dibujos de flores por Internet, te has apuntado la dirección, pensando en alguna persona?

5. ¿Has notado alguna vez la "química" corriendo por los cables y entre bits (rubor, ansiedad, cosquillas en la barriga... ante la carta o el "nickname" de alguien)?

6. ¿Le cuentas a esta persona tus problemas personales, tus pequeñas alegrías y cosas cotidianas?

7. ¿Has dejado de salir con tus amigos y amigas porque sabías que, a aquella hora, una persona determinada estaba en el canal de IRC?

8. ¿Te mueres de ganas de saber cómo son su voz y su cara y ya has pensado en invitar a esta persona a alguna cena?

9. ¿Intercambiais durante el día más de dos cartas personales o bien quedáis diariamente en un canal privado?

10. ¿Durante tu vida cotidiana, piensas en esta persona hasta el extremo de haber rehusado ofrecimientos amorosos de otras más "reales"?
 
 

Si has respuesto afirmativamente no hay duda: ¡estás cíberenamorad@! Te deseamos suerte en esta nueva aventura, y que el sentimiento sea recíproco.
 
 
 

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
 

¿Hasta cuándo puedo perder el tiempo con alguien, online?
No hagas durar mucho la relación sólo online. Tu objectivo es conocer al chico/a en persona. Si no contesta a tus cartas electrónicas o no quiere darte su número de teléfono cuando os conozcais mejor, vale más cambiar de relación.
¿Cuando llega el momento de conocerse?
Cuando ya habéis gastado mucho tiempo online o en el teléfono. Pero ve con cuidado de que tus expectativas no sean demasiado altas.
¿Es malo revelar demasiado sobre ti en el ciberespacio?
El anonimato puede romperse si te dedicas a explicar lo que has hecho y te ha sucedido aquel día. Resiste la tentación de revelar demasiado sobre ti y tu vida personal demasiado pronto.
¿Si no le he conocido nunca en persona, como se si esto es amor?
¿Le pasa algo a tu estómago cuando ves un mensaje de él/ella? ¿Te da pereza decirle adiós cuando estais chateando? ¿Crees que no necesitas quedar ni ver a nadie más desde que le tienes a él/ella? Si has contestado sí a todas las preguntas, estás enamorada/o.
¿Cómo se rompe con alguien a quien has conocido online? ¿Puedo hacerlo por correo electrónico o es demasiado cobarde?
Depende de hasta donde ha progresado la relación. Si os habéis conocido en la vida real, definitivamente le debes una llamada por teléfono. Pero si sólo habéis hablado online, un beso virtual y un adiós están bien. Lo peor que le puedes hacer a un novio virtual es abandonarle en el ciberespacio, sin contestar sus cartas, y cambiar de apodo en el IRC para que no te encuentre. Es el camino más cobarde.
¿Cómo saber si está ciberligando con otras/os?
¡Bienvenida/o a la tortura high-tech! Una chica, para comprobar si su cibernovio le era fiel, adoptó otro apodo en el chat y empezó a coqueter con él, a lo que el chico respondió muy bien. Ella, escamada, le dejó.
 

De "Men are from cyberspace: The single woman’s guide to flirting, dating and finding love on-line". Lisa Skriloff y Jodie Gould. Ed. St. Martin’s Griffin. New York, 1997.
 
 
 

¿ESTÁ CASAD@?

Cómo saber si tu ciberamante está casado o casada, según "Men are from cyberspace".

1. Nunca quiere darte su número de teléfono.
2. Sólo quiere hablar contigo cuando está en el trabajo.
3. Está chateando contingo cuando tu sabes que está en su casa y, de repente, desaparece. Señal inequívoca de que acaba de aparecer su mujer en la habitación.
4. Vuestra relación es puramente cibersexual.
5. Acepta una cita para veros cara a cara sólo si está lejos del lugar donde vive.
 
 
 

ES LA GENTE, ESTÚPIDO
 

 Las relaciones que establece la gente en el ciberespacio hace ya tiempo que llaman la atención de los atentos inversores. Surja el amor o sólo la amistad, es cierto que cada vez hay más comunidades con personas muy unidas que las sustentan y, cuando ya hay demasiada gente, ellas mismas se dividen y subdividen, para crear otras comunidades y albergar a nuevas personas. Si, al principio, estas relaciones se establecían en lugares públicos, como los canales de IRC o los "newsgroups" de Usenet, cada vez aparecen más lugares propicios para ellas, en lugares más privados como pueden ser páginas web con servicio de chat incluido. Y es que los empresarios se han lanzado a la caza de la comunidad virtual.
 Lo destacaba, en un extenso reportaje publicado la pasada primavera, la revista "Business Week": "No es el contenido lo importante. Es la gente, estúpido. El contenido puede ser la causa de que mucha gente visite un lugar. Pero la comunidad es por lo que se quedan". La teoría de la revista es que, al haber cada vez más gente en el ciberespacio, muchos están ya cansados de tanta información y tantos lugares sorprendentes y buscan un sentido de comunidad, el equivalente a un bar, "donde todo el mundo conoce su dirección de correo electrónico".
 Y es que,  "según un estudio de la Universidad de Minnesota, si una página web no captura la atención del cibernauta en ocho segundos, éste se marcha. Si se queda, la visita estándard es sólo de siete minutos. Esto deja muy poco tiempo a los editores, publicistas y comerciantes para promover o vender lo que sea". ¿Qué pasa cuando a la web se le añaden servicios interactivos, como zonas de "chat" o grupos de discusión? Pues que el tiempo de visita se dobla, como mínimo, asegura "Business Week". Y aquí está la gracia para los inversores: lugares como Talk City (http://www.talkcity.com), Tripod (http://www.tripod.com), The Well (http://www.well.com), America Online (http://www.aol.com) o Women’s Wire (http://www.women.com), hace ya tiempo que tienen viviendo en sus páginas a diferentes comunidades que no se marcharían por nada del mundo.
 La gente se convierte, en estos lugares, en el contenido: sus charlas son lo que importa y por lo que otros y otras los visitan, un día y otro. Aunque no es tan fácil construir una comunidad online: no sirve sólo montar los grupos de discusión y dejar a la gente que se acerque. Es muy probable que haya problemas de mensajes indeseados, "flame wars" o guerras de insultos e incluso poca participación. La razón por la que una comunidad, de repente, se ilumina y empieza a funcionar a todo trapo es un misterio que aún no ha sido descubierto por los expertos del márqueting. Algunos dicen que lo importante es que haya un moderador o moderadora. Pero nadie pone la mano en el fuego. Cómo explica en "Business Week" el editor de @griculture Online, John Walter, "la química de un buen grupo de discusión es un misterio".