09/01/06 16:05:29



INSTITUTOS Y UNIVERSIDADES APUESTAN POR LA PLATAFORMA LIBRE DE 'E-LEARNING' MOODLE


Mercè Molist
Moodle es un entorno virtual de aprendizaje que está en boca de cada vez más profesores españoles. 1.300 institutos y universidades lo usan como complemento a sus clases presenciales y, a nivel mundial, cuenta con más de dos millones de usuarios. En tres años, esta plataforma de código abierto se ha puesto a la cabeza del mercado de 'e-learning".

Un australiano, Martin Dougiamas, iniciaba el proyecto Moodle en 1999. La primera versión salió en 2002 y empezó su crecimiento exponencial. Hoy va camino de convertirse en un estándar de plataforma educativa virtual, con usuarios tan prestigiosos como la británica Open University, con 180.000 estudiantes. Está presente en más de 146 países y se ha traducido a 70 idiomas.

Recientemente, la Oficina de Cooperación Universitaria abandonaba la venta de plataformas educativas de pago para centrar su negocio en Moodle. El mes pasado, en Las Palmas de Gran Canaria, se creaba el "Grupo de Universidades Moodle", para promover la colaboración tecnológica y psicopedagógica entre ellas. España apuesta fuerte por Moodle, no en vano el segundo del proyecto, Eloy Lafuente, es de Logroño.

"España es una 'potencia Moodle' en el mundo", afirma el profesor Jordi Adell, del Centro de Educación y Nuevas Tecnologías de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI). La UJI empezó a experimentar con Moodle en septiembre de 2002 y realizó una de las primeras traducciones de la plataforma, al catalán. Actualmente hay 1.300 centros educativos españoles registrados en la web de Moodle, aunque no es obligatorio hacerlo, por lo que pueden ser más. De estos, el 70% son institutos y el resto universidades.

En 2004, la UJI y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) adoptaban Moodle institucionalmente. En un año, se han sumado Málaga, Cádiz, Extremadura, Politécnica de Catalunya y Rovira i Virgili, en Tarragona. Extraoficialmente, lo usan también las universidades de Cartagena, Córdoba, Autónomas de Barcelona y Madrid, Granada, La Laguna, León, País Vasco, Pompeu Fabra, Sevilla, Valencia y un buen puñado de privadas y especializadas. En breve, se unirán Alcalá, Carlos III de Madrid, Castilla-La Mancha, Rey Juan Carlos, Salamanca y Valladolid.

Pero el grueso de centros con Moodle son los institutos. Los catalanes y andaluces fueron los primeros. Hoy existen tres proyectos institucionales de apoyo a institutos que lo utilizan: EducaMadrid, de la Comunidad de Madrid, cuya Aula Virtual tiene Moodle como herramienta base; Linex, el sistema usado por la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, también lo incluye y el Aula Virtual de teleformación y apoyo a la enseñanza presencial de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, desarrollada en colaboración con la ULPGC.

Lo que gusta a los profesores de Moodle es que es código abierto y libre. Así, pueden modificar, crear y añadir módulos y aplicaciones a su gusto y compartirlos con otros docentes. Más de mil personas de la comunidad educativa española participan en la comunidad Moodle, aportando soluciones pedagógicas, informáticas, de diseño o detectando errores. Es "software" para profesores hecho por profesores.

Además, al ser libre puede obtenerse gratuitamente, lo que ahorra decenas de miles de euros a los centros educativos. Funciona con Linux, MacOS y Windows y es fácil de usar: "Puede adaptarse a las necesidades de cualquier institución, en un clase con un profesor o en una gran universidad, realizar actividades didácticas sofisticadas o no y, al usar formatos abiertos, los contenidos no quedan 'prisioneros' en formatos propietarios, como pasa con las plataformas comerciales que, además, ofrecen menos prestaciones", afirma  Jordi Adell.

Moodle sirve también para la formación a distancia, pero la mayoría de universidades lo usan como complemento de las clases presenciales, explica Adell: "Permite distribuir materiales de aprendizaje, crear y gestionar debates temáticos y tablones de anuncios, pasar cuestionarios a los estudiantes, evaluar tareas, integrar recursos Internet, crear glosarios y diccionarios, gestionar el tiempo a través de un calendario global de distintas asignaturas, ofrece herramientas de comunicación entre los estudiantes, como la mensajería instantánea, permite la tutoría electrónica en privado o en grupo, calcula estadísticas, gestiona las calificaciones...".

Por ejemplo, explica Adell: "El grupo de profesores de mi asignatura corregimos una práctica semanal de cada estudiante sin especiales problemas gracias a Moodle, que se encarga de recoger los trabajos de los casi 200 estudiantes, organizarlos para que los profesores los corrijan en la propia plataforma y devolver la calificación y sugerencias de mejora a cada estudiante, de manera privada. También nos soluciona el proceso de difundir las instrucciones y recursos de los proyectos en grupo y manejar las evaluaciones. Sin Moodle, sería imposible".

Los estudiantes están encantados, asegura: "Les gusta su sencillez, se aprende a usarlo usándolo. Además, les ahorra tiempo: no tienen que desplazarse a la universidad para preguntar dudas al profesor o conseguir fotocopias de apuntes y pueden comunicarse en tiempo real con compañeros para la realización de trabajos. En las actividades en línea queda constancia de su participación, cara a la evaluación. Así, los que participan poco en las clases presenciales tienen oportunidad de hacer oír su voz y comunicar sus ideas al grupo".

Pero algunos docentes no se dan por enterados, explica el profesor: "Las dificultades vienen por el hecho de cambiar las formas tradicionales de enseñar, por ejemplo incorporar recursos Internet a sus referencias y lecturas recomendadas. Si no manejan recursos electrónicos, lo tienen todo en formato papel o emplean la metodología de clase magistral, toma de apuntes y exámen final, es difícil que Moodle les ayude".

Moodle cambia la forma de enseñar, explica: "Anima a la participación activa del estudiante, a redefinir los roles tradicionales y la clase como una comunidad de enseñanza/aprendizaje, en la que el profesor sigue siendo el diseñador y dinamizador de actividades, pero cualquiera puede enseñar a los demás lo que sabe. Facilita extraordinariamente la comunicación entre los estudiantes, que poco a poco van transformando sus prácticas hacia una comunidad de aprendizaje: compartiendo ideas y construyendo colaborativamente significados, recomendando lecturas o webs. Moodle contribuye a crear aprendices que no necesitan al profesor para seguir aprendiendo".

Otro entusiasta de Moodle es Enrique Castro, investigador en Neurociencias y profesor de Bioquímica en la ULPGC. Ha creado diversos módulos y ha escrito dos manuales. La Universidad de Las Palmas usa Moodle de forma modélica, explica: "Es un servicio más, como la tiza o el correo electrónico. Lo ofrecemos a todos los niveles de enseñanza y todos los estudiantes, profesores y asignaturas están precargados en el campus virtual, esperando que libremente decidan utilizarlo. No es obligatorio. De las 3.000 asignaturas, 1.500 profesores y 23.000 estudiantes que tenemos, lo usan la mitad".

La ULPGC es la única universidad pública en España que tiene una Facultad de Teleformación y usa plataformas virtuales desde 1998. Adoptó Moodle por las deficiencias que tenían los otros entornos. Lo utiliza tanto para las titulaciones a distancia como para apoyar la docencia presencial y también lo ofrece a los grupos de investigación que quieran tener un espacio virtual de teletrabajo.

Enrique Castro pone como ejemplo de su utilidad los foros de discusión: "Permiten mantener una discusión viva durante días, para que estudiantes y profesores sopesen sus respuestas, no como en diez minutos en el aula. Puede parecer trivial, pero es notable la falta de participación de los alumnos en clase. La disponibilidad de un foro asincrónico permite que se planteen dudas de una forma más frecuente y que queden disponibles para todos los estudiantes, sin que el profesor tenga que responder la misma duda decenas de veces".

Otro ejemplo: "Antes, los estudiantes entregaban sus trabajos en papel. El profesor debía tener una lista de quién había entregado y cuándo y el alumno debía buscar al profesor para darle el trabajo. Con Moodle, el sistema registra la fecha de envío del trabajo, marcando los que se entregan fuera de plazo. El profesor selecciona al alumno en la lista para ver cuándo entregó cada trabajo y acceder a él, pinchando en un enlace, corregirlo y ponerle nota. Automáticamente, la nota y los comentarios pasan al "Libro de Calificaciones" del estudiante, que los puede consultar. Además, se le envía la nota por correo electrónico. El profesor no tiene que hacer nada".

También en Las Palmas hay profesores reticentes pero, dice Enrique Castro, "estamos notando que, al facilitar la labor del docente, se extiende boca a boca y cada vez más profesores se apuntan. Y los estudiantes, cuando lo han usado en una asignatura, echan de menos sus ventajas en las que no lo usan. Ya estamos viviendo el fenómeno de que los estudiantes reclaman a profesores que hagan disponible su asignatura en Moodle".

El vicerrector de la ULPGC, José Juan Castro Sánchez, es otro entusiasta de Moodle, para quien la reticencia de algunos profesores no es problema: "Les impartimos periódicamente cursos de formación. Llevamos 13 ediciones, por las que ha pasado el 33,66% de nuestra plantilla de docentes, y estimamos que usan Moodle un 40%, lo que demuestra que es tan fácil de usar que no es imprescindible hacer un curso".

Otro problema, no insalvable para el vicerrector, es que Moodle obliga al alumno a tener un ordenador: "No nos planteamos que deba ser obligatorio ya que la universidad provee esos recursos. Disponemos de diversas salas de ordenadores, varias con servicio ininterrumpido 24 horas al día, 7 días a la semana. Además, en la biblioteca existe un servicio de préstamo de portátiles con conexión inalámbrica. También tenemos acuerdos con fabricantes y entidades financieras para la compra de ordenadores y acceso a Internet en condiciones "blancas"".

 


HACIA UN NUEVO MODELO EDUCATIVO


Las plataformes virtuales de aprendizaje están aquí para quedarse, opina Jordi Adell: "Son un complemento imprescindible de la formación presencial o semipresencial. Algunas actividades se realizan mejor en una plataforma que en clase, por falta de tiempo por ejemplo, y otras serían imposibles de hacer de otro modo. Prácticamente todas las universidades usan algún tipo de plataforma de aprendizaje con sus alumnos. La reforma de la docencia, inherente a la armonización europea, que da gran importancia a la tutoría, el trabajo en grupo o las actividades autónomas de aprendizaje, potenciará más su uso en un futuro inmediato".

Esto traerá grandes cambios, según José Juan Castro: "A medio plazo, dejará descolgados a los profesores que se resisten a una mínima virtualización de sus materias, como la incorporación a la red de apuntes y documentos, el uso del correo electrónico para comunicarse con los estudiantes y la utilización inteligente de la tecnología para acceder a fuentes de información. La clase será cada vez más un entorno de trabajo colaborativo y se alejará del auditorio unidireccional. Al permitir la participación asincrónica, atraerá a profesionales, lo que supondrá una presión pedagógica hacia lo práctico y la intensificación de la tendencia a la "formación toda la vida"".

La existencia de una plataforma como Moodle, compartida por la mayoría de universidades españolas, hace pensar que pueda crearse una plataforma docente unitaria para todos, abierta no sólo a estudiantes matriculados sinó también a invitados. Enrique Castro lo ve como una posibilidad lejana: "Técnicamente puede hacerse, un grupo de universidades en Nueva Zelanda lo han hecho, pero es un problema de voluntad política de coordinar planes de estudios y programas, cuyos responsables últimos son las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Educación".

De todas formas, los entrevistados coinciden en su rechazo hacia una educación exclusivamente virtual. El Massachusetts Institute of Technology publica en la red los contenidos de sus cursos, pero Enrique Castro aclara: "El propio MIT indica que simplemente leyendo esta información no se obtiene una "educación MIT". El valor añadido es la interacción estudiante-profesor. A pesar de todos los avances, la relación personal sigue siendo la base y el método más eficaz. Un docente no es un busto parlante sustituible por un ordenador".

Según Enrique Castro, Moodle es una extensión de esta interacción: "Permite una gestión más eficaz del tiempo, con mayor comunicación e interactividad, pero en ningún momento me he planteado, ni yo ni la universidad, ir hacia un modelo de enseñanza totalmente a distancia. Es un complemento que nos lleva a nuevas formas de docencia, donde lo importante no son tanto las horas de clase presencial sinó el trabajo particular del alumno, que no aprende por la mera asistencia sinó que debe trabajar lo planteado en clase, para alcanzar el aprendizaje deseado. La tecnología es una manera de plantear ese trabajo personal y mantener la conexión con el alumno en esta fase vital, cuando se produce realmente el aprendizaje".


 


Moodle
http://www.moodle.org

Centros educativos españoles registrados en la web de Moodle
http://moodle.org/sites/index.php?country=ES

Aula Virtual de la Universitat Jaume I
http://aulavirtual.uji.es

Campus Virtual de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
http://www.campusvirtual.ulpgc.es




 
Copyright 2006 Mercè Molist.
Verbatim copying, translation and distribution of this entire article is permitted in any digital medium, provided this notice is preserved.
 

<<