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EMPIEZA A ACTUAR EN ESPAÑA LA PRIMERA EMPRESA ESPECIALIZADA EN COMBATIR LA PIRATERÍA EN P2P


Mercè Molist
"Muchos nos envían mensajes con insultos, otros nos piden aclaraciones o nos agradecen que les informemos de las leyes en vigor, algunos nos desafían en los "blogs", otros denuncian redes para que actuemos en ellas y hemos recibido más de cien tentativas de intrusión en nuestras plataformas". Esta ha sido la reacción de los internautas ante el desembarco en España de CoPeerRight Agency, la primera empresa europea dedicada a combatir la piratería en las redes de pares.

"Le recordamos que el contenido de este fichero está protegido por copyright y tratados internacionales. La puesta a disposición, distribución total o parcial sin autorización y, en ciertos casos, la reproducción, son ilícitas y pueden dar lugar a una demanda judicial. Le comunicamos los riesgos a que se expone si no suprime este fichero de su lista de intercambio". Desde septiembre, CoPeerRight (CPR) Agency ha enviado diez mil mensajes diarios como este a usuarios españoles de P2P, pillados al bajarse una película, canción, programa o videojuego.

Stéphane Michenaud, director general de CPR Agency, explica: "Detectamos el fichero pirateado y la lista de usuarios que lo están descargando. Les enviamos la notificación por la funcionalidad de chat de sus programas P2P, en el mismo momento en que se bajan las obras, cuando constatamos que se ha realizado más del 1% de la descarga". El mensaje amenaza con denunciarlos a sus proveedores, algo que se ha hecho en algunos casos, con resultados dispares: "Algunos jamás responden pero sabemos que muchos han advertido a sus usuarios".

CoPeerRight Agency es la primera empresa en Europa dedicada a la protección por encargo de los derechos de autor en redes digitales. Nació en 2003 en Francia. Tiene filiales en Canadá y, desde septiembre, en Madrid. Sony, Ubisoft, Microsoft, Disney, Universal Studios o Canal + Video son algunos de sus clientes. En España trabaja entre otros con Filmax, protegiendo las películas "Frágiles", "La Monja" y "Oliver Twist".

"Hay mucho trabajo por hacer en España, por eso hemos creado esta filial. Es el país europeo con mayor número de descargas digitales y de los que más ventas piratas realizan en las calles. La piratería está muy integrada en la sociedad y nuestro objetivo es cambiar poco a poco esta mentalidad, con campañas de prevención y sensibilización", explica Michenaud, quien asegura que la industria española y las asociaciones de autores les han recibido muy bien.

CPR Agency ofrece diversos servicios. El más llamativo es la identificación de quien está compartiendo material con derechos de autor. La empresa que contrata el servicio decide qué debe hacerse después: enviar un mensaje de advertencia al usuario, notificarlo a su proveedor o a la policía. La agencia monitoriza todas las redes P2P, grupos de noticias, foros de discusión y webs comeciales como eBay.

"Realizamos búsquedas cada segundo, a partir de palabras claves. Cuando aparece un fichero pirateado, recuperamos su firma digital, los datos del primer divulgador (seudónimo, dirección IP, hora y día) y descargamos el archivo para verificar el delito", explica Michenaud. A partir de la firma digital, pueden conocer el total de descargas del fichero: "Nos metemos en la lista de usuarios que lo comparten y contabilizamos cada una de las descargas completas, con un error de 3% a 5%".

Siguiendo la directiva de protección de datos española, la agencia borra de su base de datos la dirección IP del supuesto infractor, después de enviarle el mensaje de advertencia. En casos claramente ilegales, como la difusión de "screeners" (copias de películas realizadas físicamente en un cine), la empresa cliente puede, explica Michenaud, "pedir autorización a las autoridades para tratar la información del infractor e iniciar una acción judicial".

En los pocos meses que lleva trabajando en la red española, CPR Agency ha detectado "más de 40 grupos de piratas españoles muy activos que compiten entre ellos por ser los primeros en difundir videojuegos o "cracks" para eludir protecciones. Son personas con recursos económicos, directores informáticos, periodistas, programadores, estudiantes. Piratean todo lo que tienen a su disposición: música, cine, videojuegos y, cada vez más, obras literarias".

Otro servicio que ya están realizando con películas en castellano son los "ficheros señuelo": archivos con el mismo nombre, peso y características de la película. Se difunden masivamente en las redes, para que el fichero auténtico quede ahogado en un mar de falsificaciones. Cuando se abre la película falsa, aparece un anuncio anti-piratería de la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual.

Michenaud considera que bombardear las redes con ficheros falsos "no es ensuciarlas sinó usarlas desde el punto de vista originario, para intercambiar y divulgar trabajos, como un canal de comunicación, igual que hacen los internautas".

El tercer servicio que ofrecen es aprovechar los datos recopilados, como las descargas de una obra y sus señuelos o la procedencia geográfica de los usuarios, para  perfeccionar las campañas de promoción y políticas de comercialización de sus clientes: "Por experiencia sabemos que la curva de ventas se relaciona directamente con la de descargas. Por ejemplo, algunos artistas recurren a nosotros para obtener estadísticas de la demanda de una obra, factor que puede facilitarles la toma de contacto con colaboradores comerciales".

La reacción de los internautas ante la campaña de CPR Agency ha sido de susto e indignación. En España, la copia sólo es delito si hay ánimo de lucro o comunicación pública. Explica Michenaud: "En principio, no lo hacen con ánimo de lucro, pero tampoco tienen derecho a difundir una obra protegida sin autorización de los titulares. Por el sólo hecho de usar las redes P2P, estas obras son puestas automáticamente a disposición de un gran número de usuarios y esta difusión es ilegal".

El abogado David Bravo considera erróneo este planteamiento, en el contexto legal español: "Se basa en que la subida automática de datos, que en las redes P2P se realiza de forma simultánea a la descarga, es una comunicación pública, algo que resulta forzado porque esta subida puede desde no ser conocida por el usuario hasta serlo pero no pretenderse. Si careces de autorización para esa comunicación, a las malas podría considerarse un ilícito civil, pero no un delito".

Además, explica, en el ámbito civil es determinante la intencionalidad del infractor: "Si no, actos como poner la música demasiado alta, de manera que los vecinos puedan oírla, o dejar olvidados unos libros en un banco público serían ilegales. Para que exista comunicación pública, debe haber no sólo el conocimiento de que se están subiendo ficheros sinó también un ofrecimiento efectivo, una publicidad que tienda específicamente a esa comunicación".


CoPeerRight Agency
http://www.co-peer-right-agency.com


 
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