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Y AHORA, SIN CABLE
 

Mercè Molist
"El futuro va a ser sin cables" afirma un extrañamente excitado Jesús González Barahona, personalidad del mundo hispano de programas libres. Hace dos años que el Grupo de Sistemas y Comunicaciones de la Universidad Rey Juan Carlos, donde trabaja, disfruta de una red inalámbrica basada en el protocolo 802.11b, la diversión del momento, que permite bajarse el correo en el bar o pasar la clase navegando. Como dice González Barahona y todos los que lo han probado: "Es el tipo de cosas que no se te ocurre cómo has podido vivir sin ella".

Los portátiles se liberan del último cable: el de Internet. En la incipiente revolución española del "wireless" (inalámbrico), no son las empresas sinó las universidades quienes están tirando fuerte. Buena parte de las escuelas técnicas tienen en marcha pequeñas redes que cubren departamentos, edificios o todo el campus. Sus usuarios sólo necesitan instalarse, en el ordenador o el PDA, una tarjeta que les enlaza, por radio y gratuitamente, con el nodo más cercano, conectado a Internet por las lineas de alta capacidad de la académica RedIris.

El protocolo 802.11b, o Wi-Fi (wireless fidelity), es un estándar desarrollado por la Wireless Ethernet Compatibility Alliance, que une a más de cien empresas como Intel, Cisco, IBM o Microsoft. Su éxito radica en su velocidad, 11 Mbps, y en que usa una frecuencia que no necesita licencia, 2,4 GHz. Las tarjetas, que fabrican Lucent, Dell o Apple, cuestan unas 35.000 pesetas. Para montar un nodo se necesita además una pasarela a Internet (otra tarjeta o un ordenador), una conexión (ADSL, cable o por ondas) y una antena que, si es exterior, puede cubrir 1,5 km, 150 metros si es interna. La tecnología permite también moverse en coche, a una velocidad de 90 km/h.

La cobertura es el gran problema. "Montar una red de 802.11b con la cobertura de GSM es imposible, se necesitarían millones de celdas. Es para 'hot-spots': estaciones de tren, aeropuertos, restaurantes, oficinas", explica Alberto Escudero Pascual, quien acaba de presentar su tesis de doctorado en el Royal Institute of Technology de Estocolmo, sobre privacidad en comunicaciones móviles. Conoce bien este elemento, ya que su universidad tiene una red inalámbrica a la que se conectan 300 alumnos, además de estar desarrollando FlyingLinux, una distribución de GNU/Linux para el mundo sin cables.

Escudero participó este verano en la puesta en marcha de una de las mayores redes 802.11b conocidas, la del congreso Hackers At Large, que reunió a miles en Holanda y a 580 en el aire. "He visto a gente sin ninguna experiencia conectarse en diez minutos" dice. Así, las redes inalámbricas han saltado a las calles, donde se han encontrado con el mundo de los programas libres. En un espíritu de anarquía y colaboración entre vecinos que recuerda a las BBSs y redes ciudadanas, cada vez aparecen más proyectos conectando barrios, pueblos y ciudades de Europa, Estados Unidos y Australia, como Seattle Wireless, NYWireless o la londinense Consume.

Este otoño, se han dado a conocer las tres primeras iniciativas españolas: SCQWireless, en Santiago de Compostela, MadridWireless y RedLibre, que quiere cubrir todo el país. RedLibre tiene ya algunos nodos funcionando, explica su fundador y radioaficionado, Jaime Robles: "Hay algunas personas mirando equipos, algunos ya los tienen y están haciendo pruebas, pero aún no es algo extendido". Según Robles, el problema es económico: "Esta tecnología usa microondas con baja potencia, que se ven muy afectadas por los obstáculos. Una celda no cubre más de una o dos manzanas. Para todo Madrid, por ejemplo, hay que instalar muchísimos nodos".

Aunque la tecnología es legal, su rápida diseminación ha puesto en alerta a los proveedores de acceso, que hablan de "contrabando de ancho de banda", "pirañas" y "parásitos". En las Redes Abiertas ciudadanas, los usuarios no pagan, sólo lo hace el nodo, que ofrece altruistamente el ancho de banda sobrante de su conexión. Time Warner ha avisado ya de que compartir una conexión por cable a través de una red Wi-Fi es una violación de su acuerdo con el cliente, sujeta a las leyes federales y estatales. La sombra de Napster planea cerca.

Deal, artífice de MadridWireless, opina: "Un cliente puede hacer lo que quiera con el caudal que ha contratado". También lo piensa Escudero: "Es una tecnología que permite montar una red a muy bajo costo y dar conectividad flexiblemente. Ese es el problema que ven los operadores, que quieren cobrar dos y tres veces por un caudal que ya está pagado". De todas formas, dice Jaime Robles, con o sin Internet la diversión está asegurada: "Si los nodos se conectan entre sí sólo por radio, las posibilidades siguen siendo enormes: juegos en red, correo... sería una Internet paralela".
 
 

¿BOFETÓN A 3G?
 

"Este proyecto nace del especticismo hacia la reivindicación de la industria de telecomunicación sobre la utilidad y el éxito de la futura tercera generación de sistemas de telefonía móvil. La comunidad de Internet piensa mayoritariamente que su acceso será cada vez más sin cables, pero los estándares de la industria, como UMTS, están basados en suposiciones que no son ciertas", se lee en Elektrosmog, punto central de información sobre Redes Abiertas. De todas formas, afirma Jesús González Barahona, "está por ver si vamos a tener una evolución hacia UMTS, que tiene resueltos la tarificación y la cobertura, o hacia WaveLAN (802.11b), que es mejor por ancho de banda, o será una combinación".
 
 
 

LO MÁS... INSEGURO
 

El protocolo 802.11b lleva un sistema de cifrado llamado WEP (Wired Equivalent Privacy), muy inseguro según los investigadores, que han podido coger contraseñas y monitorizar y manipular comunicaciones. La empresa @Stake demostraba, en julio, que en menos de 30 segundos se rompe la seguridad de una red inalámbrica. Existen  programas gratuitos, como AirSnort, que escuchan y descubren la clave.

Pero lo peor es que la mayoría de redes no están protegidas ni con WEP, según recientes experimentos en Estados Unidos, donde muchas empresas tienen una (sólo en Manhattan se han identificado 1.400). Estos experimentos, llamados "war driving" (término heredero de "war dialing", llamar a números de teléfono hasta encontrar un módem), consisten en circular por una zona de empresas con una antena potente, buscando puntos de acceso inseguros que puedan llevar a la red corporativa.

"Los mecanismos de autentificación varían, desde las redes más abiertas donde sólo necesitas un IP, las que tienes que hacer un 'login' en un portal de la web o las que necesitan un software especial", explica Alberto Escudero, para quien la seguridad es un problema menor si se toman medidas: "Las redes de radio son inseguras por naturaleza. Se deben usar soluciones del tipo Virtual Private Networks o bien protocolos seguros: HTTPS, SSH, etc. Confiar en WEP como la única solución no es buena idea".
 
 

802.11b
http://grouper.ieee.org/groups/802/11/
WECA
http://www.wi-fi.org
Mobiquo (GSyC)
http://mobiquo.dat.escet.urjc.es
Alberto Escudero Pascual
http://www.it.kth.se/~aep/publications/
RedLibre
http://www.redlibre.net
MadridWireless
http://madridwireless.net
SCQwireless
http://www.scqwireless.com
SeattleWireless
http://www.seattlewireless.net
NYWireless
http://www.nywireless.net
Consume
http://www.consume.net
WirelessFrance
http://www.wireless-fr.org
Personal Telco
http://www.personaltelco.net/
Elektrosmog
http://www.elektrosmog.nu
FreeNetworks
http://www.freenetworks.org
The Unofficial 802.11 Security Web Page
http://www.drizzle.com/~aboba/IEEE/
AirSnort
http://airsnort.sourceforge.net