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HACK IT: ESTO MARCHA
 

Mercè Molist
"Vencimos. ¿Y ahora, qué?". Nadie la dijo pero la frase flotaba en el ambiente del encuentro Hackit00, celebrado el pasado fin de semana en Roma. Dos años después del primer "hackmeeting", en Florencia (la segunda edición se hizo en Milán), el de Roma fue una apoteosis de público, unas 1.500 personas, y de gran atención mediática pero también incomprensión, con periódicos calificando de "piratas" o "spaghetti hackers" a los asistentes a las jornadas, como se denunció en la asamblea final.

El Forte Prenestino, una impresionante fortaleza con sus murallas, grandes rejas y túneles intactos, centro social okupado y autogestionado desde 1996, fue el escenario perfecto de la afirmación del poder "hacker" en Italia. Nada mejor para mentes curiosas que los preciosos "grafittis" de aire ciberpunk cubriendo las paredes o las catacumbas sin fin donde se instalaron, cada grupo en su propia celda, los muchos aficionados que cargaron sus ordenadores para conectarlos a la activa red del encuentro, donde el chat y la descarga de archivos iban a todo trapo.

Cada tribu en su cueva, los 'macqueros' durmiendo aún a la una del mediodía; los "matrixeros", gafas de sol, con un sinfín de portátiles desde primera hora; los "profesionales" -"no photos"-, mesas de metal entre piedras antiguas y una banda luminosa dando la bienvenida; los místicos, programando en clave Zen con velas rojas en el suelo, alrededor, entre les máquinas; los exhibicionistas, "hardware" sin caparazón, placas base, cables, luces y chips al aire, o los más secretos, lejos del centro de catacumbas de electricidad y datos, en cuevas separadas, abiertas sólo a quien se atreva.

Fuera, servicio de "birras" pero no Coca-Cola, una pancarta: "USA y tira", la prestigiosa editorial Shake vendiendo libros y revistas, camisetas -"I Wanna Be A Netstriker global digital protest HCKM2000"-, ciberfeministas buscando a mujeres hacker y Marco, uno de los organizadores, bromeando sobre si existía relación entre el sitio y el encuentro: "En cierto sentido sí, porque queremos ser una comunidad con un territorio, no mezclarnos con los demás, y además se necesita ser como un fuerte para aguantar todos los MP3 que se están bajando los chicos. Aunque esto no significa que seamos una reserva india: estamos haciendo transmisiones de radio con emisoras locales y también de fuera del país, ¡y se oyen muy bien! Muestra el poder de la mezcla de medios y que en el mundo inmaterial no importa el territorio. Potencialmente, son muchas línias de fuerza, aunque el toque físico es el más importante".

Gente de España, Alemania, Austria, Gran Bretaña, Francia, Australia... Un excelente ciclo de arte con vídeos y webs de nombres conocidos como @TMark o Thing.net. La impactante Ascii Cam de Jaromil. Como un campo de verano. Cibercultura en su expresión más alta. Pero algo fallaba. O no. Entre lo más comentado, con caras aleatorias de diversión o disgusto, la asistencia también de "cazatalentos" de compañías informáticas y de telecomunicaciones: "Mientras por una parte nos llaman piratas, por la otra nos buscan y ofrecen mucho dinero. Es la hipocresía del mercado", interpretaba Marco. De todas formas, la intención del encuentro seguía estando clara, a pesar de la mejor o peor percepción pública del hacker: "Hacer política reivindicativa, encontrar el otro lado de la gente y de la comunicación".

Pues si de política se trataba, los símbolos estaban por todas partes, empezando por las catacumbas, donde los adictos tecleaban en el mismo lugar que disparaban los antiguos, ventanas finas para el fusil, apuntando a Roma y el Vaticano. Arriba, en habitaciones no menos seguras, Loa Hacklab, FreakNet Medialab, Radio Cybernet, Avana Net, Tactical Media Crew, Strano Network y otros entes discutían y aprendían sobre criptografía, derechos de autor, programas libres, redes x.25, radio sobre IP, diseño de webs, globalización, ingeniería inversa, persuasión o una red, llamada BlindFold, que une ordenadores para experimentar juntos nuevas formas de ataques de Denegación de Servicio (DoS). Propósitos educacionales.

Entre las charlas, el doble y triple de público que el año anterior, destacó la presentación del español "caso ACT" (la Asociación Contra la Tortura y su proveedor, Nodo50, afrontan multas millonarias por publicar en Internet nombres de policías investigados por torturas). Alberto Escudero, de Nodo50, denunció que "el gobierno no sabe como atacar el problema", después que se hiciesen "mirrors" (copias de la web censurada) por todo el mundo. "Nadie sabe cómo va a evolucionar Internet, por eso lanzan grandes ataques legales y esperan a ver cómo reaccionamos. Somos un experimento, aprenden de nosotros. No entienden sus propias leyes, que aún pueden cambiarse, si hay debate".

A partir de la experiencia del caso ACT, Escudero concluía que "debemos conversar con las autoridades al mismo nivel de poder. Nuestra estrategia ahora es que las avisamos de que vamos a hacer "mirrors" y no sabrán donde están: si mañana cierras el mío, tendrás otro en Nueva Zelanda". Para eso, explicó el representante de Nodo50, "es necesario pensar en un sistema de "mirrors" de forma organizada y no caótica. Los gobiernos no saben ponerse de acuerdo y es una ventaja que debemos aprovechar".

Hacktivistas, ciberpunks, puristas al decimal, panda de rojos, ¿electroanarcos?. No importaba que pasaran las horas si era para discutir temas angelicales sobre la ética hacker o las inteligencias artificiales de Gibson. Allí estaban todos, los de siempre, Asbesto, el que refrigera el procesador con agua, los hippies que empezaron esto. Discutiendo una vez más, enseñando doctrina al resto: críticas al discurso del "buen hacker", orientado a la técnica y apolítico. "Hacker es una cosa más compleja. Sin red, sin comunidad, no se le define". Paredes de un metro de ancho. "Compartir información y herramientas es positivo. "Crackear" sistemas por diversión y exploración es éticamente OK".

El doble filo. "El hacker no es un demonio ni un santo, es una actividad compleja que a cada momento requiere que te lo plantees". ¿El exhibicionista es hacker? ¿Qué hacemos con los pequeñuelos? "No debemos ceder a la falsa idea de que Internet es el Far-West, un sitio peligroso. Quiero que el comportamiento en la red siga siendo normal. No creo que tenga que defender a los que salen en los periódicos explicando que les ha pasado algo. No debe intensificarse el control ni tampoco enviar a galeras a los creadores de sistemas operativos, sinó invertir en seguridad, difundir la ética, etc".

Moral colectiva. Ciudadanos de la red en la ciudad de los burgueses que construían iglesias. "La clave política es la segunda parte de esta historia". "Cuando uno escribe código y lo da, para que la gente pueda cambiarlo, modificarlo.. ya es una opción política". "Técnica y política, en cierto sentido, son lo mismo". Escenarios mutantes. "El MP4 será propietario", se queja alguien. "Sí, como lo era el algoritmo del DVD. No podrán nunca a través del código". No había Coca-colas, pero se agotaron las del bar de la esquina. El próximo año, en Catania: cómo la sociedad vampiriza la capacidad de innovación del hacker.
 

Hackmeeting 2000. http://www.ecn.org/hackit00/
Hackit'99. http://ww2.grn.es/merce/1999/hackit99.html
Bloc de notas Hackit00.